Volver...

(A Sevilla, que es su gente)


Volver… No sé por qué me empeño en esa obsesión de ida y vuelta, de viaje con retorno. Por qué casi siempre que pienso me planteo un destino a mil kilómetros de aquí. Vuelvo a repetir, Barcelona promete. Y convence. Pero más que nunca tengo claro que mi sitio está mucho más al Sur. Ahora, más que nunca, me alegro de no aceptar la huida hace un año. En eso, aunque sirva de cruel paradoja, me ayudó la princesa de mi cuento. La que en su día se hizo realidad. La que me recordó años más tarde cómo hablar con las estrellas. Sería hipócrita decir que la echo de menos, pero no menos falso decir que la olvidé. Ella, como todos, tuvo su momento; y un hueco en mi memoria.

Ahora, que ya no lucho por salir. Ahora, que no sufro por volver. Ahora, que no muero por vivir. Ahora, felicidad. Tranquilidad. Un sentimiento que emerge desde un rincón escondido para recordarme que nunca viene mal una huida… Siempre que conserves el deseo de volver. Saber que me quedan unos meses para poner fin a esta aventura con nombre propio me hace fuerte a la hora de salir a la calle. Salir con la ilusión de conocer algo nuevo cada día, de disfrutar con cada una de las sonrisas que me regalan aquellos a quienes conocí hace apenas unos días. Es difícil encerrarse sabiendo que cualquier día, todo puede terminar. Como el niño que sueña pasear con Peter Pan, aferrado a su mano en las alturas, sabiendo que en algún momento su mamá lo despertará para ir al colegio.

Ahora más que nunca lo tengo claro. Os echo de menos. No sólo esas cervezas derramadas en cualquier placita de Sevilla. No sólo improvisar citas a la hora menos adecuada. No sólo escuchar las historias de un hermano que te pide colchón para dormir. No sólo no esperar una llamada para acudir a tu lado. No sólo pasear por Santa Cruz para esperar sentado la batalla entre la Luna y el Sol. No sólo por imaginar destinos aunque no sepamos dónde quedan. Es por mucho más…

Es por pasear por unas calles que cada vez más son tuyas. Por saludar al tendero de la esquina, consciente de que no conoce tu nombre. Por escuchar al abuelo que todas las semanas acude a fumar el cigarro prestado. Por estar sentado en el sofá, sabiendo que quien te rodea no puede ser mejor compañía. Por ser, en definitiva, parte de un mundo donde tu opinión no calla. Tu mundo. El mío, a fin de cuentas. Porque repito, ya no sufro por volver. Ni muero por vivir. Ahora, más que nunca, aprendía vivir con la tranquilidad que me otorga el presumir de una sonrisa. Y vosotros ahí, en medio. Estirando de cada uno de los puntos de mi boca para que esa sonrisa no pierda su curvatura. Geniales….Y funcionarios de esa prisión que es Sevilla. Jamás una prisión tuvo connotaciones tan gratificantes…

Taché, ya da igual. Desde la distancia, sólo existe una Sevilla. En los mapas de aquí arriba no existe Sevilla 2. Tampoco encontrarás Sevilla 3. Ni siquiera encontrarás la parte de Sevilla que no quieras ver. Desde aquí, lo único que se ve es la Sevilla que quieres encontrar a tu vuelta. La de siempre. La Sevilla eterna… La que consiguió hipnotizar nuestras consciencias y resquebrajar nuestros temores. La que nos demostró que se puede creer en lo increíble. La Sevilla de risas compartidas y camas tranquilas.

Vivo mi particular Erasmus. El año pasado, una princesa salió del cuento para impedir que cometiera esa error. No huir. Salir ardiendo en deseos de volver. Pero con ganas de escapar un momento, claro. Lo consiguió. Nunca pensé que ella podría vencer esas tinieblas, pero lo hizo. Logró su objetivo y se marchó. Y ahora le estoy agradecido. Por todo lo que aprendí con ella… Por ofrecerme la posibilidad de no tener que huir…

Desde aquí todo es más fácil. Como el buzo que espera impaciente el regreso a superficie pese a disfrutar como nadie de la última inmersión. Como el alpinista que, aun sabiendo que nadie entiende mejor lo que es disfrutar de las alturas, desea ansioso volver con su familia. Tomar un café bien caliente mientras cuenta a sus amigos las fotos de su última aventura… Así me siento tan lejos de vosotros. Con la única seguridad de lanzar una promesa que pronto demostraré. Como la canción.

Volver…



Viladecans, 24 de octubre de 2007

4 comentarios:

Gracias...exactamente no por que me crea realmente dentro de ese círculo que arquea tu labio en forma de sonrisa, sino por hacer de Sevilla un goce. Llevo aquí 25 años y aún siento su esencia, aún cuando paseo por sus rincones y espacios más concurridos...aún cuando paso por el mismo sitio por centésima vez. Meto las manos en el canguro de la sudadera o en el bolsillo del pantalón y ando sin un destino asegurado. Las personas atónitas a mi obervar entran en las tiendas, pasean a sus mascotas y recrean en mi mente una historia, entre otras muchas cosas. Aún así, aún estando olvidada por sus habitantes, Sevilla será el nido que pinté aquel día...y por supuesto azul, ese azul cada vez más oscuro que deja paso a la noche estrellada allá donde las agujas del reloj han marcado una vuelta y media. Gracias por hacer de tu estancia una mágica vuelta a mi ciudad.

Un abrazo amigo...cuídate.

24 de octubre de 2007, 21:22  

Hola, Sergio. Por supuesto que debes sentirte parte de ese "círculo" que nombras... Uno se siente parte de muy poca gente. En realidad, hablar de Sevilla es hablar de quienes están allí... por eso la dedicatoria de este artículo. Podría habérselo dedicado a esa princesa, que cambió mi manera de soñar... A Taché, que me habla constantemente de Sevilla. A ti, Sergio, que me demuestras que aguardas mi vuelta... Pero he preferido compartir con todos ese sueño de volver a mi patria... quienes me rodean y me demuestran que no estaré solo...

26 de octubre de 2007, 17:00  

Hay muchas cosas imposibles en la vida. Que tú te quedes solo es una de ellas. Siendo como eres solo vas a poblar tu vida de personas cada vez más merecedoras de ti. Puede que siendo como eres también haya muchas princesas...y muchos castillos. Yo siempre me acuerdo de ti y gracias por hacerme ver que animo tu sonrisa.

28 de octubre de 2007, 11:15  

precioso relato de tus sentimientos!
seguiré ...leyendo.

5 de noviembre de 2007, 12:23  

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